El ritual de «preparación» dura alrededor de una hora con 15 minutos y consiste en llevar a cabo la Tahará (purificación), que implica limpiar a profundidad el cuerpo para alistarlo hacia el sepulcro, explica el diario Reforma. Si el fallecido es hombre, entonces este baño deberá ser realizado sólo por hombres y si el fallecido es mujer, serán las mujeres quienes la bañarán.
Ari y su hermano cumplen esta función tras el fallecimiento de su padre y por designación del jefe de congregación a la que pertenecen.