Los fraudes telefónicos han cambiado en estos tiempos, ya que ahora no solo buscan datos sino también graban tu voz para usarla sin tu consentimiento.
Muchas de estas llamadas provienen de números desconocidos y comienzan con mensajes que generan preocupación o urgencia con familiares o amigos.
Las personas que llama se hace pasar por gente del banco, paqueterías, servicios de cobranza o incluso funcionarios públicos.
El propósito de esto es lograr que la persona diga ciertas frases que después pueden editarse y usarse para autorizar servicios o validar cargos.
El estafador hace una pregunta muy sencilla que invita a responder con un “sí” u otra afirmación directa hacia algo que es mentira.
Esa respuesta puede ser grabada y manipulada para simular que aceptaste un contrato o que aprobaste una operación bancaria.
¿Cuáles son las palabras que no se pueden utilizar en llamadas?
Otra opción es guardar silencio algunos segundos. Así obligas a que la otra persona hable primero y reduces la probabilidad de caer en una trampa grabada.
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