Uno de los episodios más conmovedores muestra cómo El Chavo llegó a la vecindad. Mientras Don Ramón y la Chilindrina veían un álbum de fotos, encuentran una imagen donde aparece un niño desconocido.
Don Ramón recuerda el momento: al tomar unas fotos en el patio, un pequeño con ropa desgastada y mirada triste se coló en la imagen. Al reclamarle, el niño sólo respondió con una palabra que conmovió a millones: “hambre”.
Don Ramón, conmovido, le promete una torta de jamón. El Chavo salta de alegría, pero pronto la ilusión se rompe cuando escucha: “¿y yo de dónde voy a sacar una torta de jamón?”.
Más adelante, en el libro El diario del Chavo del 8 (1995), Chespirito detalló el origen del personaje. El Chavo fue abandonado por su madre en una guardería y terminó en un orfanato, donde sufrió malos tratos.
Un día escapó y, bajo la lluvia, encontró refugio en la vecindad. Una anciana lo acogió en el departamento 8, pero al morir, él quedó solo de nuevo.
Aunque muchos creen que vivía en un barril, en realidad sólo se escondía allí cuando quería estar solo. Sus amigos siempre lo ayudaron, dándole un lugar donde dormir. Así, con tristeza y ternura, se forjó el niño más querido de la televisión mexicana.
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