Roxatips de «TUS CONFIDENCIAS» con Roxana Soler «La Ardilla» 11-07-22

• Aceptación

Aceptar la situación por la que se está pasando durante un proceso de divorcio es el primer paso, con la que podemos gestionarlo del mejor modo posible.

Quienes no aceptan su divorcio o que no quieren reconocer la realidad de los hechos tienden a sentirse mal e imaginar posibles escenarios alternativos idealizados para evitar la situación actual. Esto impide pasar página, y con frecuencia lleva al enfrentamiento y a la adopción de una actitud hostil.

Se recomienda centrarse en el presente y en el futuro como personas solteras y poner nuestro empeño en alcanzar el bienestar emocional propio a través de aquellos elementos de nuestra vida que sí podemos controlar.

• No intentar arreglar la situación

Algunas personas se aferran a la esperanza de “arreglar” la relación, una intención muy poco constructiva y que no se corresponde en absoluto con las posibilidades de éxito.

Aunque es cierto que algunas relaciones pueden llegar a reconciliarse, eso suele pasar al cabo de un tiempo, y es importante que algo así suceda sin presionar ni obsesionarse.

• No limitarse a comunicar los hechos a los hijos

En el caso de que se tengan hijos, es importante no solo comunicar la noticia del divorcio, sino aclararles también lo que ocurrirá a partir de ese momento en el ámbito familiar y ofrecerles apoyo emocional. Hablarlo en un tono calmado y abierto a la participación.

Conviene tener en cuenta que en el caso de que a los hijos les falte información sobre el porvenir tras un divorcio, tienden a adoptar un punto de vista pesimista y a ponerse en el peor escenario posible: ante la ambigüedad, es fácil que surja la ansiedad. Por eso resulta de gran importancia aclarar cualquier duda y abordar la situación presente y futura, en vez de limitarse a hablar sobre lo que ya ha ocurrido.

• No ocultarlo

También, es recomendable no mantenerlo en secreto, ni tardar en comunicar la noticia al resto de gente cercana. Si se tarda mucho, ese tema se puede llegar a convertir en un secreto que es complicado ocultar y que a la larga genera más preocupaciones, porque se siente la presión de tener que justificar por qué no se dijo nada en su momento.