El oriundo de Lituania voló a California, Estados Unidos, para buscar empleo y lo hizo de la forma más creativa posible, ya que se disfrazó de repartidor de donas y empezó a dejar una caja de donas en cada empresa de marketing que conocía.
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Las cajas estaban complementadas con su currículum que iniciaba: “La mayoría de los currículos terminan en la basura. El mío, en tu estómago”.
“Esta entrega no es un error, me disfracé para asegurar que mi currículum fuera entregado a usted personalmente… Como podrán notar, me acerco a las cosas de manera diferente y, lo más importante, me gusta que se hagan”.
“Mi nombre es Lukas, soy mercadólogo con cinco años de experiencia. Admiro su compañía y me encantaría trabajar con ustedes… Si logré despertar su curiosidad, por favor entren a este link en su buscador”.
Su estrategia fue un éxito, pues las ofertas laborales le llovieron por todos lados. Ahora, debe decidir que empresa está más ligada a sus intereses.
Medios internacionales contactaron al joven, quien les aseguró que su idea tenía la finalidad de destacar en comparación con el resto de candidatos.
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