Y si te digo que te extraño… ¿Regresarías?

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No sé cuál ha sido la peor parte de todo este proceso, tal vez la larga espera de una llamada de reconciliación de tu parte o el ver tu rostro de fastidio cuando te vez forzado a saludarme en el trabajo; tal vez la peor parte ha sido darme cuenta de que nuestra separación no te afectó en lo más mínimo…

Tu rostro no refleja mi tristeza o mi dolor, en lugar de eso te ves tan relajado, tan contento, ocupado en tus asuntos… Creo que tu mundo no se detuvo como lo hizo el mío, creo que tú has seguido adelante y yo simplemente me he quedado atrás, atrapada en mi amor por ti, encerrada en esos hermosos recuerdos, recuerdos que no me permiten seguir adelante.

Desde nuestra separación no ha pasado un día en el que no piense en ti, todos los días te perdono el infierno de relación por el que me hiciste pasar, algunos otros días simplemente me dedico a odiarte… Te odio por destrozar mi corazón y me odio a mí misma por haberlo permitido, por no saber interpretar las señales, por no darme cuenta de que sólo me usabas, que sólo jugabas conmigo… Me odio porque cuando me di cuenta, no me importó, preferí seguir adelante… Creí que con mi amor sería suficiente, que lograría que te enamoraras de mí… Pero no fue así.