
1. Manchas de sangre
Los sangrados después de retirar el vello son probables. Esto sucede porque, mientras arrancas la cera ya fría de tu cara, también te llevas una delgada capa de piel.
Mientras más sensibles somos a agentes externos, más estamos expuestas a infecciones. Hay que realizar una prueba previa para evitar riesgos.
3. Ardor y enrojecimiento
Es el resultado que se ve al jalar los folículos del vello. Se puede utilizar una losión antiséptica para curar después de la rutina de belleza.
Un rostro grasoso es propenso a imperfecciones causadas por este tipo de depilación.
5. Erupciones
El pelo encarnado es muy incómodo y termina en irritaciones cutáneas nada deseables. Hay que prevenir esto con una óptima exfoliación. ¡Es una maravilla!
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