Enseguida te imaginas casándote con él: apenas lo conoces y ya te imaginas camino al altar y la cantidad de niños que van a tener. Haces planes en secreto porque, después de todo, sabes que te estás apurando un poco.
Sientes que siempre es “el indicado”: ¿cómo no enamorarte si es perfecto? Cada vez que conoces a un chi
co sientes que realmente es el indicado, tu alma gemela.
Rápido te enamoras y rápido termina: lamentablemente, aunque entregues todo en esa relación, no funciona. Así como te enamoraste rápido, la relación termina. ¿Por qué será?
Te enamoras a los segundos: conoces a un chico en una fiesta y luego de conversar con él por unos minutos, ¡sientes que es el indicado! No eres muy selectiva ni dejas pasar a candidatos porque buscas al príncipe azul.
Te pasas pensando en él: cada vez que te enamoras lo haces de una manera muy intensa. Piensas mucho en tu chico y te aguantas las ganas para no escribirle o llamarlo a cada media hora (aunque a veces no puedes contener las ganas).
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