
Comes menos: ¿Sabías que el consumo de alcohol es una de las cosas que más nos incita a comer en exceso? Eso puede deberse a que el alcohol acrecienta los sentidos. Los investigadores hallaron que algunas mujeres que habían recibido una «infusión» de alcohol equivalente a dos tragos comieron un 30% más de alimentos que las que habían recibido una solución salina.
Puedes sentir antojos de azúcar: el azúcar aumenta los niveles de dopamina, que alimenta los sentimientos de placer. Y el alcohol hace lo mismo. Así que es muy posible que, cuando renuncies a una sustancia que causa la liberación de químicos relacionados con la felicidad como el alcohol, busques un sustituto como los dulces. Así que, ¡alerta!
Pierdes peso: el alcohol representa una manera de aumentar tu ingesta diaria de calorías sin que te des cuenta.