
En las imágenes grabadas por testigos oculares del incidente ocurrido el 22 de octubre se puede ver como un gran bólido con una cola ardiente se precipita a la Tierra a una velocidad de entre 13 y 10 metros por segundo. Del cuerpo celeste se desprendió una de sus partes y ardió antes de que el resto impactara, supuestamente, contra la superficie del lago a un kilómetro de la costa, según los científicos, que estimaron su masa en un kilo y su tamaño en unos 10 centímetros.