Dos policías ingleses rompieron la ventanilla de un auto al creer que un perro estaba encerrado dentro del vehículo. Linda sorpresa se llevaron cuando descubrieron que se trataba de un perro de peluche.
Cuando el dueño del vehículo regresó, vio los cristales rotos sobre el asiento, y una nota que decía "Destruimos su ventana preocupados por el animal en el asiento trasero". Inmediatamente concurrió al destacamento policial, donde le informaron que se harán cargo de los gastos para reemplazar la ventanilla.
"A veces las personas dejan a sus mascotas con las ventanas cerradas", explicaron en la Policía, "y los pobres animales sufren el calor, y hasta pueden morirse". Y siguieron con las explicaciones: "Actuamos de buena fe, como lo hizo la persona que hizo la denuncia". Y de paso, dejaron un consejo: "Es una buena oportunidad para que la gente tome conciencia de lo que deja en el auto, porque puede provocar a los ladrones".