La ceremonia y la fiesta de casamiento suelen ser unos de los momentos más felices de los recién casados. Sin embargo Craig y Rona Holdsworth, una pareja de enamorados de Inglaterra, querrán olvidar ese especial evento, por culpa del distraído camarógrafo que contrataron para la ocasión.
Pero eso no fue todo. Una vez en la recepción y durante de la fiesta, Rowson gastó la mayoría de la cinta de video en polémicas tomas que incluyeron primeros planos de los invitados llevándose la comida a la boca y escenas fuera del edificio entre otras cuestionables grabaciones que poco tienen que ver con la filmación tradicional de una casamiento.
La falta de pericia del camarógrafo hizo que la empresa contratada le devuelva a la pareja un 80% del depósito que habían pagado por el servicio. Pero el mal momento no se los va a devolver nadie.