NOTA INSÓLITA: Comió sólo golosinas durante una semana.

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Por puro amor al conocimiento, Robb Posch se pasó siete días comiendo chocolates, caramelos y gomitas. Documentó en su blog día a día los índices de hambre, estabilidad mental y gusto por los dulces.

Según el propio blog "después de una semana de puros caramelos unas pocas cosas me quedaron claras. Digo que sólo unas pocas porque al llegar a ese punto mi cerebro había muerto de inanición." Posch explica que si bien los caramelos te pueden arruinar el apetito, comiendo sólo eso uno jamás se llena.

Notablemente, luego de comer puro azúcar durante siete días perdió dos kilos. Esto es producto de una malnutrición cruel que lo puso "en la ruta para convertirme en un mongoloide".

La aventura diabética de Posch está disponible aquí para quien quiera vivir con nuestro héroe su hecatombe alimentaria.

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