Dai Haifei, de 24 años, declaró que construyó su extraña cabina para estar cerca del trabajo y ahorrarse los gastos de alquiler y viáticos. La compacta -pero acogedora- vivienda fue construida con hojas de bambú, semillas, lanas y otros materiales orgánicos y logró llamar la atención de toda China.
Sin embargo, la conveniente ecuación costo-beneficio se terminó. Su vivienda desapareció. Él declaró que se la robaron, pero varios testigos sostuvieron que él junto con varios amigos la subieron voluntariamente a un camión que se la llevó. Él dice que la compañía donde trabaja se la apropió para copiar el ingenioso diseño.
La sospecha de todos, sin embargo, es que todo esto es una acción de marketing viral tendiente a obtener promoción barata. ¡¿Es que ya nadie reparte volantes?!
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