Wang Xianjun, de 54 años, oriundo de la provincia china de Sichuan, lleva años comiendo bombitas eléctricas. Según sus propias palabras:
"Sólo las como en el desayuno y nunca más de una por día".
Cuando Wang se come un foco, primero lo rompe y se traga pedazo por pedazo bajándolos con agua. Su familia explicó que lo han llevado varias veces al hospital para consultar por su infrecuente dieta pero al parecer nadie ha encontrado que tenga efectos negativos para su salud. Su pelotudez, en cambio, al parecer es crónica.