Un piloto alemán en estado de ebriedad llamó a la torre de control para preguntar dónde se estaba escondiendo.
El aviador amateur había tomado cerveza y vino antes de subirse a su aeronave, un avión Cessna. Pero siguió bebiendo unos "cocktails" mientras estaba en el aire. Un helicóptero debió salir al rescate del hombre que perdió completamente el control del avión y de sí mismo.
La torre envió un helicóptero que colaboró mostrándole el camino hacia la base y de alguna manera milagrosa la nave aterrizó sin problemas.
Lo temerario fue que una vez que se bajó del avión ¡se subió a su auto! Las autoridades de la base, preocupadas, llamaron a la policía y el hombre fue detenido con 4 veces más alcohol del permitido para conducir.
Perdió el mismo día su licencia de conducir y de piloto.