Un sitio en Internet nos acerca una propuesta notable: desfigurarse el rostro con cinta adhesiva y mandar la foto. La competencia es atroz.
¿En qué consiste deformarse la cara con cinta scotch? Como es habitual… una imagen vale más que mil palabras. Como una gótica forma de arte, cada participante hace surgir su otro yo siniestro con sólo aplicarse este célebre adhesivo.
Algunos resultados inquietan hasta los tuétanos, otros son graciosos y casi todos deben ser dolorosos a la hora de retirarlos.
No deje de visitar y quizá hasta de colaborar en Tape Yourself, la página que logró un mix explosivo entre las actividades del kinder y la deformidad de Frankenstein
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