Un científico australiano sostiene haber resuelto el misterio de la proliferación de pelusa en el pupo.
Georg Steinhauser ha descubierto que las pilosidades abdominales atrapan las hilachas y las conducen a las profundidades del ombligo. Para llegar a tan relevante conclusión el desgraciado estudió 503 pelusas de su propio pupo.
Su metódica observación científica demostró que pequeñas basurillas se forman en el aire y terminan almacenándose en el meollo del abdomen al final del día. "El vello abdominal crece en círculos concéntricos alrededor del ombligo" y por más sutil que sea invita a las partículas de mugre a depositarse dentro, a tal punto, que si uno se afeita la barriga la pelusa desaparece, por lo menos hasta que el pelo vuelve a crecer.
A modo de legado filosófico y para justificar su dedicación a un tema tan intrascendente agregó que "la cuestión de la naturaleza de la pelusa del ombligo preocupa a más gente de la que uno podría suponer a primera vista".
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