Vicente Fernández, conquista al Auditorio Nacional

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Ante una voz espectacular, el Auditorio Nacional cayó rendido ante ‘El Charro de Huentitán’, Vicente Fernández, en su primer concierto en la capital mexicana.

El cantante originario de Jalisco salió al escenario vestido de charro y acompañado por el Mariachi Azteca, en punto de las 20:00 horas, para deleitar a las más de 10 mil personas, que se dieron cita en el recinto de Reforma, para disfrutar cada uno de sus clásicos y de los temas de su nuevo disco Para siempre.

Temas como "Esos ojos", "Por tu maldito amor", "Lástima que seas ajena", "Mujeres divinas" y "De un rancho a otro" fueron las que dieron comienzo al concierto, que prometió desde su llegada terminar hasta que la gente dejará de aplaudir.

"Tres años sin estar aquí. Si ahorita me preguntaran que si los quiero, les diría que no, que me quiero yo, por poder estar con ustedes esta noche y escuchar sus aplausos", expresó emocionado el intérprete.

El sentimiento a todo lo que daba entre público bastó para que Don Chente continuará con las interpretaciones de "Urge", "Primavera", "La diferencia", "Qué voy a hacer", "Me cansé de rogarle", "A pesar de todo", entre otras.

"Su Chente está aquí y como siempre lo digo, no me voy hasta que ustedes me dejen de aplaudir", aseguró.

Aunque sus éxitos pusieron a todo el público a cantar, los más coreados también fueron los dos sencillos de su reciente disco, "Para siempre", tema que le da vida a la telenovela Fuego en la sangre y "Estos celos".

Sin embargo, el momento más emotivo fue al interpretar "Acá entre nos", donde demostró su capacidad vocal, alejando el micrófono hacia la pierna y continuar cantando; dejó a la gente atónita, tanto que al finalizar se pusieron de pie, ovacionándolo y aplaudiéndole. Fue entonces cuando el cantante dejó que el público lo apapachara y el mariachi calló, ante la glorificación.

"Voy a cantarles una canción de de Fernando Z. Maldonado que me gusta mucho: ‘Hermoso cariño’", señaló, para posteriormente cantar un clásico de Camilo Sesto, "El amor de mi vida", canción que se la dedicó a su esposa, a quién presentó ante sus miles de seguidores.

Pasando de temas dolorosos a bailables, como "Grabé en la penca de un maguey", "Cruz de olvido”, entre otras, niños y adultos disfrutaron, por más de dos horas, no sólo de la presencia de la estrella mexicana sino de su talento vocal.

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