Cruela de Vil quería hacerse un abrigo de perritos y el mundo se escandalizó. Por lo menos ella tenía la decencia de odiarlos.
Muchos enamorados de sus mascotas cometen el desacato de embalsamarlos para tenerlos por siempre en sus hogares (con excepción de los intestinos, el cerebro y otros distritos propensos a la putrefacción). Pero los protagonistas de esta noticia encontraron una manera más siniestra de tenerlos siempre junto a ellos.
Beth y Brian Willis se tomaron el trabajo de recoger durante años los pelos que sus mascotas perdían sobre las alfombras y sillones y los que soltaban al cepillarlos. Eso que para la mayoría de la gente es mugre e inmundicia para los Willis es materia prima.
Cuando a sus mascotas les llega el momento de partir a mejor vida ellos utilizan la piel para realizar los macabros abrigos. Y siempre hay una nueva pareja de perros del mismo color esperando su turno.
"Son muy abrigados y bastante impermeables", explicó Brian.
Restaría saber si cuando hay humedad largan olor a perro mojado y si son propensos a agarrarse pulgas.
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